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Seña fue creada en 1995 por Eduardo Chadwick y Robert Mondavi, quienes compartían el sueño de hacer un vino que mostrara todo el potencial de Chile, un vino que llegaría a ser acogido, con el tiempo, entre los primeros crecimientos del mundo. Modelada al estilo de Burdeos, tendría un alma chilena dada por su variedad Carmenere, cultivada bajo principios de agricultura biodinámica en el Valle del Aconcagua.

Seña, un vino magnífico, equilibrado y complejo con capas inusuales de profundidad y estructura, así como taninos finos y redondos, mostrando su elegancia con aromas frescos, buena acidez y rico color.

Un hermoso color rojo granate profundo con tonos violetas, la Seña presenta complejidad en la nariz con múltiples capas de aromas de frutas rojas frescas como cerezas y frambuesas acompañadas de violetas y agradables toques de eneldo y romero, todo enmarcado por ligeras notas de especias. El paladar muestra frutas jóvenes, especias más dulces y suaves tonos balsámicos. Es fresco y jugoso con elegantes taninos de grano fino que crean una sensación sedosa y agradable.