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Durante las invasiones francesas en Portugal, las poblaciones intentaron proteger sus bienes más preciados del saqueo de los invasores. Los habitantes de la actual comarca de Boticas no fueron la excepción, y temerosos de que sus valiosas pertenencias fueran saqueadas, escondieron lo que pudieron, incluido el vino, que fue enterrado en el suelo de las bodegas, debajo de las barricas y lagares.

Más tarde, cuando recuperaron sus preciadas posesiones, descubrieron que el vino había adquirido propiedades inusuales. Un vino de baja graduación alcohólica y algo de gas, fruto del proceso de fermentación natural durante el tiempo que estuvo enterrado y cuya conservación se benefició de la temperatura constante y la ausencia de luz. Debido a que estaba enterrado, el vino se llamó Vino de los Muertos. La tradición se mantiene hasta el día de hoy, siendo historia viva del pueblo de Boticas.

Vinho dos Mortos, llamado Transmontano Regional, tiene su producción delimitada a las laderas de Vila de Boticas, que tienen condiciones particulares de clima y suelo. Único y diferente, es un vino de transición, con bajo contenido alcohólico, paleta y ligeramente gaseoso.

Notas de la prueba: El aroma suele ser de fruta roja con notas de vainilla. En boca es ligero, con acidez pronunciada, mucha frescura y una sutil y agradable gasificación. Estas características revelan un vino de carácter singular, sabroso, alegre y emocionante. Perfecto para los calurosos días de verano y para todos los días del año, para los amantes de un vino suave de pronunciada frescura.