Con un paisaje único y una riqueza única en su diversidad y terroir, Serra do Mendro nos brinda la inspiración esencial para crear vinos únicos, distintos y atemporales. La quietud del tiempo nos permite interpretar los orígenes, respetando los elementos primarios: suelo, clima y variedad de uva. Con fermentación y crianza en tino de roble francés de 3000 litros, buscamos texturas finas, notas minerales e intensos aromas de fruta fresca combinados con la complejidad que le aportan las variedades autóctonas plantadas en altura y atemperadas por los vientos atlánticos.

Una enología de la contemplación conserva su carácter exclusivo, el escenario en balsa les otorga el equilibrio natural, la intensidad, la linealidad, la sofisticación y la clase que solo esta cuna podría brindar.

Las marcadas amplitudes térmicas permitieron una maduración equilibrada y excelentes niveles de acidez. Corriendo regularmente, con mostos de gran calidad, dieron como resultado vinos profundos, con una notable exuberancia aromática, densos y de gran elegancia.